Hace unas semanas pude hacerme con un antiguo horno de gas, estamos hablando de un horno construido y diseñado en 1979, por aquel entonces yo no era ni tan siguiera un proyecto. Siempre me han gustado las antigüedades, esto sumado a que me es imposible adquirir uno nuevo (en este caso estaríamos hablando de más de 3.000 € de inversión) hizo que esta "joya" (al menos para mi) acabase en mis manos, aquí lo tenéis metido en faena:
Pero no todo fue tan fácil, nada mas llegar a casa el pobre estaba de esta guisa, llevaba años "abandonado" por muy tristes razones en un taller de Málaga. Su última dueña nunca pudo llegar a montarlo, lo tenía todo preparado para repararlo, montarlo y echarlo a andar. .. pero un cáncer tiró por tierra todas sus ilusiones. Por aquel entonces yo no conocía (ni llegué a conocer nunca a su propietaria) pasado el tiempo su familia, con algunos problemas económicos decide vender la maquinaria del taller de su hija, hasta entonces no sabía nada de esta historia, y es entonces cuando en un cartel llego hasta ella.
La sensación es extraña pues sus allegados sienten una mezcla entre alegría por poder ayudar a la familia a paliar sus problemas y por otra parte nostalgia al recordar uno de los proyectos tristemente inacabados de su amiga, lo único que me alegra es ver que también se ven animados por el hecho de que alguien trate de continuar con el proyecto de su compañera sacándolo de ese Standbye (como bien recuerda la canción de Extremoduro) permanente.
Durante su puesta a punto una extraña sensación me acompañaba, no resultaba cómodo ir siguiendo los pasos por un camino que con ilusión una persona había planeado y por causa de un triste destino me tocaba recorrer ahora a mi. Es por ello por lo que trato de dar el mejor uso que puedo a este Submarino, como bien lo bautizó Lázaro nada más venir a ayudar a transportar el pesado equipo de cocción.
A su historia se suma un evidente paso de los años que lo hacen para mi mucho más interesante y pese a que pueda parecer lo contrario una vez puesto a punto no repercutirán ni en la estructura ni en el perfecto funcionamiento del horno.
Lo primero que había que hacer era sustituir el viejo seguro del quemador para evitar problemas con el exceso de gas en la primera fase de las cocciones (hasta los 500 ºC) este dispositivo corta el gas en el momento que deja de percibir fuego directo en el quemador para evitar explosiones dentro del horno una vez volvamos a intentar prender los quemadores.
Esta es la nueva pieza, idéntica a la antigua:
Y así lució nada más ser instalada:
Los quemadores estaban en perfecto estado, únicamente una superficie algo oxidada pero su funcionamiento no se vería afectado por este hecho.
Una vez colocados los dos quemadores...
... llegó el momento de arreglar el problema de la falta de fibra refractaria en la parte superior del horno, justo en la zona de ensamblaje con la tapadera:
De no corregir este aspecto el horno perdería temperatura por esta abertura, no logrando alcanzar la temperatura deseada, y se dañaría cada vez más el borde metálico del horno, hasta descascarillarlo completamente, y es que estamos hablando de casi 1300 ºC
Pues manos a la obra:
Ahora llegaba el turno de las palancas para elevar la tapadera:
Tras ensamblarla mediante una especie de rotula y unos pernos ya estaba lista para usar .. . Ah! y aceite, hubo que echar bastante aceita para facilitar su uso.
Los aspectos más evidentes estaban solventados, ahora llegaba el turno del pirómetro (el medidor que nos dice en cada momento cual es la temperatura media dentro del horno durante la cocción, decimos media porque puede haber un desfase de 20-30 ºC entre la parte inferior y la superior del horno)
Nada más enchufar el pirómetro las fichas explotaron y me dejaron con cara de tonto, así que decidí cambiar todo el cableado y las conexiones para lograr que funcionase correctamente.
Una vez puesto a punto y tras algunas pruebas (entre ellas un a cocción de bizcochado) llegaba el turno de hacer una cocción de gres hasta 1280ºC.
Ya faltaba poco . . .
. . . hasta el momento me había sorprendido bastante pues pese a ir al mínimo y prácticamente hasta los 1000 ºC usando un único quemador la temperatura subió correctamente, además el gasto de combustible con respecto a hornos más modernos es algo menor (parece como si fuese más eficiente, y la verdad no entiendo por qué . . . creo que las cosas de antes estaban hechas a conciencia)
El Brillo dentro del horno confirmaba que allí dentro se empezada a producir la "magia" . . .
. . . y por hoy "hasta aquí puedo escribir". En la próxima entrada me gustaría mostraros que salió de esa primera cocción a alta temperatura, entre otras piezas estaban todas las muestras de la anterior entrada.
Un abrazo y gracias por haber llegado hasta aquí.